Infociudad - CASA DE LES SERVES DE JESÚS - València

HISTORIA:

Su residencia y templo anejo constituyen un edificio en cierto modo singular, por su arte, en un solar formado por las calles de Salamanca y Maestro Racional. Obra del arquitecto Salvador Rocafull y de Jáudenes, inaugurado en 1950, se compone de bajo y dos pisos, en fábrica de ladrillo visto ocre, en abundante utilización de rejería en ventanas de la planta baja, puertas e interiores, especialmente en la capilla, en su presbiterio concretamente, delimitándolo por detrás con una girola que lo abraza.

En general, alienta cierto medievalismo, no precisamente "revival" ni casticista, sino evocador, en sus arcos de amplias ojivas de "rosca", de ventanas y puertas magnificándose en la de acceso al templo que forma alquivoltas, envolviendo una portada de marcado sentir románico, nada plagiario no obstante, siendo lo más, pero con fortuna por el destino de la pieza, en el sagrario de metales ricos (incluido el oro) que preside el presbiterio y la capilla, con una versión de la puerta catedralicia valenciana del Palau. El mismo estilo de recuerdo románico impera en el decorado de dicha capilla, aunque el material moldeado, como ocurre en el techo sólo aparentemente lignario. Cuatro imágenes de talla de un escultor valenciano reciente, que no consta, apenas coloreadas son, con la obra de rejería del presbiterio, lo más notable: las del Sagrado Corazón de Jesús en el centro; la Inmaculada a su derecha y San José a su izquierda, como, en el atrio que se forma a los pies (debajo del coro al que abre un rosetón de la fachada) las de San Ignacio de Loyola, frente a una de Nuestra Señora del Pilar, facsímil estándar, de la forma difundida.

Al exterior, los huecos bajos son vanos apuntados, que en la planta alta primera tienen dinteles planos o angulares de ladrillo. El paramento exterior en las tres fachadas a las que se abren las puertas de vano en ojiva y batientes de forja decorados arcaicamente, se ornamenta con un "salpicado" de ladrillos empotrados, de canto y, en las dobles ojivas entre las ventanas bajas con cruces de tradición visigótica de hierro forjado y fundido.